viernes, 11 de mayo de 2012

TANTRIKA


Invado tus adentros con mi vara.
Recorro, una vez mas, el tierno túnel
en cuyo fondo me haces hombre,
vez tras vez.

Embriaguez de jadeos y sudores compartidos,
nuestros cuerpos se entreveran,
y ya no somos más uno y uno, ni siquiera dos.

Solo somos uno, un cuerpo, un placer,
un ansia inextinguible, un vértigo divino
que se transmuta en pura luz.

Y, hechos ya dulce ceniza,
abandonamos nuestros cuerpos
en un eterno momento de carne satisfecha

1 comentario:

Sofía Campo Diví dijo...

Acabo de leer este blog, sorprende la poesía, la prosa, el vocabulario exquisito, la picardía de lo que escribes. Hace tiempo que no sabía nada de ti, pero sigues siendo el mismo, soñador, enamorado de la vida y pelín pícaro. El nacimiento de Venus aparecerá pronto en tus escritos que nos podrán deleitar mientras saboreamos un martini seco con vozca mientras la oliva verde explota en el paladar en una sinfonía perfecta de buenas sensaciones y recuerdos.
La vida ha corrido mucho desde entonces. La vida nos ha enseñado todo desde entonces, algunos hemos tenido la época dorada aunque rota por deseos del destino que siempre arrebata aquello que más queremos. Maldito destino.
¡Suerte con tu blog!