domingo, 6 de mayo de 2012

LIBRE, LIBRE QUIERO SER...



Una vez más, su vida estaba rota. Para ella, él no había sido sino un visitante, un rostro amigable, sin otra función que permitirle a ella experimentar con su libertad. Y ahora, ella se había cansado, y le había cerrado su puerta y su corazón, con cerrojo y todo.


Cómo dolía, a pesar de no ser la primera vez, ser despreciado, rechazado, sentirse dañino, malsano, como el moco que nos sube a la garganta tras un ataque de tos, y que todos intentamos, con rapidez y discreción, expulsar lo antes posible de nosotros.


Ahora venía lo más difícil, recoger los pedazos de su corazón y reconstruirlo, y empezar de nuevo la búsqueda del Santo Grial, del ser amado por otro. De repente, sintió lástima por ella. Acaso no era ella esclava de la misma libertad que decía buscar?. Como decía su ultimo mensaje al móvil..."Libre, libre quiero ser..."

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